El inicio del fin de la piratería online
Por primera vez en muchos años la cantidad de contenido multimedia consumido de forma ilegal ha disminuido.
Según el último estudio de Intellectual Property Office (IPO), dedicada a combatir las infracciones de copyright en el Reino Unido, desde el año 2013 la porción de contenido ilegal consumido ha pasado de poco más del 17% del contenido consumido total a un 15% aproximadamente.
¿Solo un 3% menos?
Aunque se trate de casi un 3% de descenso y parezca una cifra minúscula, hay que entender que se incluye las industrias de la música, cine, videojuegos, televisión… así que realmente es una cantidad desorbitada de dinero, estamos hablando de una diferencia de miles de millones que podrán llegar a los legítimos creadores de este contenido.
Eso sin contar el aumento en el consumo de contenido online.
¿Que significa eso?
Pues resulta que no solo se está consumiendo más contenido legal, que ha aumentado poco más de un 4% (hasta el 44%), sinó que también ha aumentado el consumo general de contenido online.
¿A que se debe este fenómeno?
La verdad es que no se puede saber del cierto, pero puede ser tanto un cambio de mentalidad de la sociedad, como una mejor persecución de los servicios que ofrecen este contenido de forma ilegal, disminuyendo la oferta del mismo.
Pero muchas teorías apuntan al mejor acceso al contenido legal. A la vez que la piratería ha perdido fuerza, no paran de crecer servicios como Spotify o Netflix, que ofrecen una cantidad ingente de contenido a un precio muy asequible o incluso de forma gratuita, y todo al alcance de 1 solo clic. Estos nuevos modelos de negocio, ofrecen muchas ventajas y comodidades para el usuario, y se ha visto que funcionan.
Conclusión
Esto podría demostrar que quizás la mejor manera de combatir la piratería era mejorar la oferta. Y ponérselo fácil al usuario (y barato), algo que en todas estas industrias nunca se ha hecho, unas industrias caracterizadas por sus conductas abusivas contra el usuario.
Quizás bajando el precio del cine iría más gente, en vez de subirlo para compensar la falta de afluencia. Quizás subir el precio de los videojuegos y poner más barreras económicas para abrir partes de un juego que ya has pagado no era la mejor opción para compensar las ventas pérdidas por piratería. Quizás, solo quizás, conductas como estas se pueden cambiar en un futuro, y quizás no cambien nada, pero merece la pena probarlo.
Lo que está claro es que de momento la piratería seguirá siendo un problema muy arraigado en nuestra sociedad, y que es responsabilidad de todos arreglarlo, tanto consumidores como distribuidores.
