Redactar artículos sobre salud: Encontrar fuentes fiables
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Redactar contenidos para salud: como encontrar fuentes fiables

Redactando artículos sobre salud: ¿cómo encontrar fuentes fidedignas?

¿Quién no ha buscado sus síntomas en Google y ha entrado en la primera página web cutre e inmunda que encuentra, diagnosticándole un tumor cerebral y tres días de vida? Además, según informa Medical Research Council, durante el año se producen muchas muertes a causa del uso y abuso indebido del Ibuprofeno. La fácil obtención de este medicamento fomenta un uso descontrolado del mismo cuando muchas veces no es necesario su consumo.

Pero esto no se queda aquí, la automedicación y autodiagnóstico es un gran peligro que corren muchas personas sin ser conscientes de las fatales consecuencias. Esto ocurre, entre otras causas, debido a un mal uso de las fuentes de información como Internet. Uno de los inconvenientes de la sobre-información es el fácil acceso a contenido no fiable, sobre todo en lo que respecta en carácter sanitario.

Si bien para estar bien informados lo más recomendable es acudir a un experto del ámbito sanitario, también es verdad que esto no es siempre es factible. Y si uno sabe buscar, hay mucha información útil colgada en Internet, que nos puede ser de gran ayuda si sabemos cómo identificarla.

Cómo encontrar información sobre salud en fuentes fiables

Información_Fuentes_Fiables

En primer lugar, debemos tener muy claro qué queremos buscar y elegir muy bien las palabras clave para encontrar información sobre la temática deseada. Es importante plantearse bien qué quieres saber antes de empezar a buscarlo, para poder elegir correctamente las palabras más relevantes y no hacer una búsqueda sin sentido como: “Me he levantado por la mañana mareado, me he caído y he visto mi gato borroso, también me duele la cabeza, ¡AYUDA!”

Una mejor búsqueda para encontrar información útil en ese caso hubiera sido: “Mareo con visión borrosa y dolor de cabeza”. No hace falta explicarle a Google cómo nos sentimos o qué queremos, con poner las palabras clave más relevantes basta.

En segundo lugar, consultar en las primeras webs que aparecen, si no encuentras lo que buscas en la primera página de Google, lo mejor que puedes hacer es volver al primer paso y replantear la búsqueda con otras palabras clave.

En las primeras posiciones deberían de salir los portales más reputados o de mejor calidad (organizaciones, colegios profesionales, blogs de especialistas, etc.) con información más destacada y relevante. También suelen ser las más actualizadas, más visitadas y normalmente más fiables – si bien sabemos que, con un buen SEO, también algún ‘asustaviejas’ podría colarse en los primeros resultados de búsqueda. Aun así, a medida que navegamos por las siguientes páginas del buscador, encontraremos webs con contenidos más confusos y menos trabajados, los cuales pueden causar dudas y errores al momento de ponerlos en práctica. Cabe decir que, buscando bien, podemos encontrar gemas muy interesantes (pero de portales que no trabajan el posicionamiento).

En tercer lugar, se debe analizar la web seleccionada. Es decir, tenemos que fijarnos en la estructura de la página; ¿es fácil navegar por ella?, ¿el contenido está bien redactado y sin faltas de ortografía?, también debemos fijarnos en la fecha de la última actualización de la web, que normalmente la encontraremos en el margen inferior izquierdo. Si hace mucho tiempo que no se actualiza, puede significar que ese contenido este descuidado y/o obsoleto. Y lo más importante, si la web dispone de anuncios, estos deben estar bien identificados y diferenciados del contenido de la página web, para que no generen confusión y pongan en duda el contenido de la misma.

Si el portal incluye publicidad, es vital fijarse si es un patrocinador de contenido, y ser capaces de valorar si la información pude estar ‘manipulada’ a su favor para vender dicho medicamento, servicio o tratamiento y no mencionarán sus posibles inconvenientes o eficacia real. En cambio, si esa misma web la patrocina una universidad que realiza estudios de investigación, seguramente sea una buena fuente de información de la que podamos fiarnos.

En cuarto lugar, y muy ligado con el punto anterior, debemos identificar la finalidad del redactado. ¿Qué es lo que pretende? Informar, divulgar, vender un producto. ¿Qué objetivos tiene? Y por último ¿a qué público va dirigido? A profesionales del sector, a la población en general u otros.

Es fácil encontrar también blogs de especialistas que se animan a compartir sus conocimientos. Pero también hay muchas webs haciendo refritos de otros artículos obviando datos relevantes o siendo poco claros en sus afirmaciones. Es interesante ver quien firma la web y si el firmante tiene una formación o estudios que lo apoyen. No está de más consultar en qué fuentes y bibliografía emplea, y si son reales.

 

A modo de resumen, si quieres elaborar un artículo sobre materia sanitaria o de salud, ten presentes los siguientes puntos:

Redactar_Articulo_Salud

  1. Haz una búsqueda concreta con términos clave adecuados. Si no aparece nada relevante, prueba con otros términos.
  2. Consulta los primeros resultados del buscador pero contrasta la información, no te quedes con el primero sin más.
  3. Analiza si la página en cuestión es fácil de usar, se ve actualizada y es completa en cuanto a contenidos. Los contenidos deberían ser concisos, sin frases ambiguas.
  4. Revisa que no haya un patrocinador con intereses por vender dichos servicios, productos o tratamientos que no esté siendo imparcial.
  5. Por la misma razón, revisa quién firma el contenido; si es un especialista, una universidad, un colegio profesional, etc.
  6. A la vez, revisa qué fuentes se emplean para preparar el contenido; estudios, revistas del sector, etc. Y que verdaderamente existan.

Teniendo claro estos sencillos pasos, navegaremos por Internet con más seguridad, realizando búsquedas con mejores resultados y podremos preparar contenidos en materia de salud y bienestar más fidedignos. Y no olvidéis indicar que no sois especialistas y que ante cualquier duda importante, el lector debería acudir a un médico.

Capitan Fox





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