Por favor, no me felicites el 8 de marzo. No, no quiero escuchar que soy un ‘ser hermoso’ y que las mujeres ‘somos una bendición’. No, tampoco quiero una flor. Hoy no es un día feliz, es un día de lucha. No tiene nada de hermoso ni de bendición tener que luchar cada día por ser respetada en tu vida personal, laboral y social. Ya, ya sé que tu conciencia se queda tranquila para el resto del año por el hecho que le dices a tus amigas y tus familiares que son ‘maravillosas’ en el día de hoy. Pero la verdad, no es suficiente. No, en serio, no me llames desagradecida. Es que ser mujer, la verdad, no es demasiado divertido la mayoría del tiempo. Así que una bendición no es, pero una lucha constante sí. No solo hoy, cada día.